La Comisión Nacional del Agua (Conagua) reveló que el 50% de los ríos y lagos de México presentan altos niveles de contaminación. Un informe reciente señala que los afluentes más afectados se encuentran en estados como Jalisco, Puebla, Veracruz y Nuevo León. La principal fuente de esta contaminación proviene de actividades industriales y urbanas, que han liberado químicos y desechos peligrosos en los cuerpos de agua.
Entre los casos más alarmantes destaca el río Santiago en Jalisco, que presenta concentraciones elevadas de metales pesados como plomo y arsénico, lo que ha generado serios problemas de salud en las comunidades aledañas. Otros ríos críticos son el Papaloapan en Veracruz y el Zahuapan en Tlaxcala, ambos con altos niveles de coliformes fecales y otros contaminantes.
Las autoridades han hecho un llamado urgente para implementar medidas de saneamiento y control, ya que esta situación afecta tanto al medio ambiente como a la salud de millones de personas.
Además de los efectos ambientales, la contaminación de los ríos y lagos en México tiene serias repercusiones en la salud pública. Según el informe de Conagua, esta problemática genera enfermedades relacionadas con el agua contaminada, como infecciones gastrointestinales, problemas en la piel y afecciones respiratorias, especialmente en zonas cercanas a afluentes gravemente afectados como el río Santiago. Las comunidades expuestas a estos contaminantes enfrentan una mayor incidencia de enfermedades crónicas debido a la exposición constante a metales pesados y otros tóxicos.
El gobierno ha intentado implementar programas de remediación y control de contaminantes, pero los avances han sido limitados. Expertos señalan que se requiere una acción coordinada entre los tres niveles de gobierno y la industria para reducir los niveles de contaminación, con medidas como el tratamiento adecuado de aguas residuales y el monitoreo constante de la calidad del agua.
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